martes, 8 de octubre de 2013

Y más historias de pedacitos de felicidad....

Quien me conoce sabe que no soy toda dulzura... jeje, que va! pero es bonito tener un lugar donde puedes compartir historias de felicidad, te obligan a ver el lado bueno de las cosas y sacar tu cara positiva.


Y recientemente he tenido dos bonitas historias más. Una la de un amigo-casi-hermano, para el que preparamos una tarta de boda sorpresa. Aunque la sorpresa fue mía cuando su novia -(lo sé Isa, no te gusta, pero ese día eras "la novia")-, al sacar la tarta que hice lloró de emoción... Tengo que decir (otra vez) que esos momentos no tienen precio.

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Y ahora un inciso: Ya hace dos años que abrí Victoria's Cakes en la calle Laforja. Y desde entonces ha traspasado mucha gente la puerta de entrada.

Gente de todo tipo. Los hay que vienen atraídos por la luz que emite el local (cuando no se han fundido las bombillas... diantres! estas bombillas están malditas!!), y otros que vienen atraídos por el olor a tarta de chocolate recién horneada (os contaría muchas anécdotas de este tipo)...

Otros los ves pasar delante del escaparate y ves como de repente frenan, miran hacia el interior, miran arriba, el letrero, luego la puerta, dudan. Miran otra vez el letrero, la hora y finalmente, entran. Estos generalmente estan ligados de algún modo al absorbente-fascinante-mundo de la cupcake-mania o la fondant-manía. Entran con gran curiosidad por conocer a "Victoria" y a veces hasta preguntan un sinfín de cosas y comparten conmigo sus ilusiones.... es fascinante ver cómo gente a la que no conoces pone sus ilusiones en la palma de su mano a tu alcance... aún todavía hoy me sorprendo con las historias personales de cada uno de ellos.

Otros vienen ya directos. Nos conocen, o nos han recomendado, o nos vieron en alguna revista o en el Facebook... y saben que quieren celebrar su próximo cumpleaños con nuestra tarta. A veces estos últimos vuelven, o te llaman, o te escriben un email. Y te dicen cómo les gustó su tarta, y cómo sorprendió a su hijo o a su novia, y además te envían una foto del momento! Ahí. Ahí es cuando cada día vale la pena, cuando el trabajo que haces con tanta ilusión se ve recompensado y lo que recibes a cambio no tiene precio.
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Y la otra historia de felicidad es la de mi pequeño sobrinito Ari. Lo bautizamos al día siguiente de la Boda de mi amigo-casi-hermano, así que fue un fin de semana de subidón-subidón de adrenalina. Que presión tener que preparar dos pasteles para personitas tan especiales y sin ninguna instrucción ni pauta a seguir.. aghhhh!!!!


Aunque para el bautizo de Ari la cosa estaba bastante clara... Ari quiere decir "Pequeño león". Os imaginais qué no podía faltar en su tarta?

Bueno, y acabo ya con tanta historia de felicidad. Quería compartir con vosotros los momentos bonitos de mi semana especial. Porque ya tenemos bastante mal rollo durante el día. Y a veces si otros sonríen a nosotros se nos contagia, verdad? Pues eso, que si a uno solo de vosotros os he llevado la sonrisa a los labios con mis historias. Han valido la pena.

Ala. Y a descansar y soñar con pedacitos de felicidad- :)



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Esos detalles son los que definen un gran día, o un gran fin de semana en este caso...cuando te vas de un lugar en el que has estado tiempo, los recuerdos que quedan son estas historietas o anécdotas que te hacen sonreir....feliz dia :)

COCINA DE UNA BANCARIA ESTRESADA dijo...

`Hola Victoria, me ha encantado leer lo que nos cuentas, la verdad es que tienes razón la felicidad es bonito compartirla, pues ayuda de verdad. Me ha gustado mucho todo lo que nos has contado. Besos. Yolanda.

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